9/11/11

Cáncer de glándulas salivales, un mal desconocido

A pesar de ser una afección que no se produce con mucha frecuencia, el cáncer de glándula salival aparece como causa de la formación de células malignas en los tejidos de este folículo, encargado de la producción de saliva; sustancia que contiene enzimas y anticuerpos que ayudan a la digestión de los alimentos y a proteger la boca y la garganta de infecciones.

Hay tres tipos de glándulas salivales: las parótidas, donde comúnmente comienza este tipo de cáncer, las sublinguales que se encuentran debajo de la lengua y las submandibulares que se localizan debajo del hueso de la mandíbula. También hay glándulas salivales menores en la nariz, la laringe y el paladar.

Esta enfermedad tiene una tasa de mortalidad muy baja en relación con otros tipos de cáncer que afectan la cavidad bucal. Igual, más de la mitad de los tumores que aparecen en las glándulas salivales son benignos y no se diseminan a otros tejidos.

Factores de riesgo y síntomas

Aunque no se conocen las causas exactas por las cuales aparecen los tumores que generan el cáncer en las glándulas salivales, algunos factores de riesgo aumentan la posibilidad de contraer esta enfermedad. Tener una edad avanzada, estar expuesto a radiación como la de las radioterapias dirigidas a cabeza y cuello o la exposición a ciertas sustancias presentes en el lugar de trabajo son algunos de estos factores; donde influyen también el consumo de tabaco y alcohol.

Esta afección puede no causar síntomas y es detectado en chequeos dentales de rutina o durante un examen físico. Sin embargo, es recomendable consultar al médico si se presentan señales como nudos indoloros en las mejillas, la mandíbula o el labio, dificultad para tragar o abrir la boca ampliamente y un dolor constante en la cara.

Algunos métodos que permiten la detección de la enfermedad son la ecografía y la endoscopia, procedimiento donde se inserta un tubo delgado en la boca para observar el estado en el que se encuentra esta cavidad, la garganta y la laringe.

Los tratamientos

En la actualidad se ofrece a las personas que padecen de este cáncer dos tipos de tratamiento; El estándar y los ensayos clínicos. Estos últimos, consisten en investigaciones de las cuales forman parte los pacientes, que contribuyen al mejoramiento de los tratamientos actuales o a obtener información sobre tratamientos nuevos para curar la enfermedad.

Dentro de los procedimientos estándar se encuentran la cirugía; en la que se extirpan los tumores mediante una operación, la radioterapia que utiliza una máquina de Rayos X o de otro tipo de radiación para eliminar las células cancerosas o evitar que crezcan, y la quimioterapia donde se suministran medicamentos al paciente, que detienen el crecimiento de las células destruyéndolas o evitando que se multipliquen.

Estos tratamientos acompañados de la asistencia de especialistas en áreas como la psicología, la cirugía plástica y la odontología, en manos de un Oncólogo experto en enfermedades de cabeza y cuello, puede llevar a que se logre una mejor calidad de vida para el paciente, cuando el cáncer está en estados avanzados. (oralnet)

Más artículos:

3/11/11

La OMS propone ir cesando el uso de amalgamas dentales

En una clara señal de que la era de la Odontología de la amalgama está acabando, la Organización Mundial de la Salud publicó, el 11 de octubre de 2011, un informe titulado "El uso futuro de los materiales para restauración dental". En él, la OMS insta a "un cambio en el uso de los materiales dentales" lejos de la amalgama, explicando que "por muchas razones, los materiales de restauración alternativa a las amalgamas dentales son deseables".

El Informe describe tres de razones importantes:

1. La OMS dice que la amalgama libera una "cantidad significativa de mercurio" y concluye que la amalgama es un grave problema de salud ambiental debido a que la amalgama libera una "cantidad significativa de mercurio" en el medio ambiente, incluyendo la atmósfera, las aguas superficiales, aguas subterráneas y el suelo. "Cuando se libera el mercurio de las amalgamas, se transporta y se deposita a nivel mundial. Las emisiones de mercurio pueden entrar en la cadena alimentaria humana, especialmente a través del consumo de pescado".

2. La OMS dice que las amalgamas plantean "problemas de salud general". El informe de la OMS concluye que “Las amalgamas han sido asociadas a problemas de salud general” y explica que "De acuerdo con la Unidad noruega de Reacciones Adversas a Biomateriales Dentales, la mayoría de casos de efectos adversos de materials dentales están relacionados con las amalgamas dentales".

3. La OMS dice que "los materiales alternativos a las amalgamas dentales están disponibles" y cita numerosos estudios que indican que son superiores a la amalgama. Por ejemplo, la OMS dice que "datos recientes sugieren que los RBCs [composites a base de resina] funcionan igual de bien" que las amalgamas. Y también dice que los compómeros tienen una tasa de supervivencia más alta, citando un estudio que concluye que el 95% de las restauraciones de compómero sobrevivir después de 4 años, mientras que sólo el 92% de los empastes de amalgama sobreviven tanto tiempo ". La OMS reconoce los beneficios de los materiales libres de mercurio: "Los materiales de resina adhesiva destruyen menos cantidad de diente/muela y, en consecuencia, aumenta la supervivencia del diente/muela".

A la luz de los numerosos problemas que plantean las amalgamas dentales, la OMS se compromete a “trabajar por una reducción del uso de mercurio y el desarrollo de un medio ambiente más saludable”. Para lograrlo, la “OMS facilitará el trabajo para un cambio en el uso de materials dentales”

Fuente: http://www.who.int/oral_health/publications/dental_material_2011.pdf

17/10/11

El mal aliento podría no ser su culpa

No cepillarse o no utilizar hilo dental correctamente, comer alimentos con ajo y el uso de tabaco han sido nombrados como causas del mal aliento, pero los investigadores japoneses dicen que, en algunos casos, podemos atribuir la culpa a la proporción incorrecta de bacterias que viven en la boca.

Los científicos estudiaron las bacterias en la saliva de 240 pacientes que se quejaban de mal aliento y descubrieron cuatro tipos de composiciones de comunidades bacterianas. Ellos midieron la intensidad del mal olor oral y descubrieron que aquellas personas con concentraciones más altas de cuatro especies de bacterias eran más propensas a presentar un serio mal aliento. Ellos concluyeron que la estructura de la población bacteriana en la boca de una persona necesitaría ser cambiada para eliminar el mal aliento.

El mal aliento puede ser vergonzoso y es una de las mayores quejas que los dentistas escuchan de sus pacientes. Según la American Dental Association (ADA, Asociación Dental Americana), el mal aliento también puede ser una señal de un desorden médico, una infección del tracto respiratorio, sinusitis crónica, goteo post-nasal, bronquitis crónica, diabetes, alteración gastrointestinal, afección del hígado o riñón. Si su dentista determina que su boca está sana, él o ella podría referirlo con el doctor de la familia o con un especialista para un seguimiento adicional.

Si sospecha que su aliento no es tan fresco como podría ser debido a su dieta, hábitos en el cuidado de la salud oral o el uso de tabaco, existen varias cosas que puede hacer para mejorarla.

Mantener una buena higiene oral, eliminar la enfermedad periodontal (de las encías) y programar visitas regulares de limpieza y chequeos dentales son esenciales para reducir el mal aliento. Si piensa que el mal aliento es un problema para usted, mantenga un registro de los alimentos que ingiere, los medicamentos que toma y cualquier asunto de salud que haya experimentado desde que notó el cambio en su aliento.

Odontoplanet

29/9/11

Las personas con enfermedad periodontal tienen más riesgo de sufrir un infarto.

Las enfermedades que afectan a las encías (especialmente las infecciones periodontales) son un factor de riesgo para sufrir episodios coronarios, algunos tan graves que pueden llegar a poner en peligro la supervivencia del paciente (como el infarto de miocardio).

La Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y la Sociedad Española de Cardiología (SEC) se han unido para tratar de arrojar luz sobre la magnitud de la vinculación que existe entre las enfermedades periodontales y las cardiovasculares, así como para conocer si existe una relación causal directa. Expertos de reconocido prestigio de ambas sociedades científicas han colaborado en la elaboración de un manual sobre “Patología Periodontal y Cardiovascular: su interrelación e implicaciones para la salud”, que pretende erigirse en referencia para especialistas y médicos de Atención Primaria españoles.

Amistades peligrosas

La evidencia científica es cada vez más consistente sobre la relación de causalidad entre las periodontitis y el infarto, así como entre esta enfermedad bucal y otros importantes problemas de salud. Esto ha motivado el interés por aproximar a dos ramas del saber médico aparentemente distantes, como son la Cardiología y la Odontología.

En los últimos años se han acumulado hallazgos epidemiológicos que sugieren como ciertas afecciones o intervenciones odontológicas pueden situarse en el origen de afecciones cardíacas; tal es el caso de la relación entre algunos procedimientos estomatológicos y la endocarditis infecciosa, o entre la periodontitis y la aterosclerosis coronaria. Por otra parte, tratamientos prescritos con frecuencia en Cardiología, como sucede con la medicación anticoagulante, pueden complicar el trabajo del odontólogo que necesita comprender la razón de ser de dichos tratamientos para el mejor manejo de los enfermos.

Como experto en este ámbito, el Dr. Blas Noguerol asegura que “el análisis de los estudios clínicos disponibles permite concluir que los pacientes con enfermedad periodontal tienen más riesgo de presentar un episodio coronario”. Sin embargo, advierte, “no disponemos de una evidencia concluyente de que dicha relación sea causal ni tampoco de su magnitud”. En cualquier caso, afirma que “la vinculación existe” y que “la respuesta a estas dos cuestiones estará disponible pronto, derivada de las líneas de investigación abiertas en esta campo”.

En las enfermedades periodontales se libera en la sangre una gran cantidad de mediadores inflamatorios que pueden depositarse en diferentes órganos; posiblemente, en opinión de Blas Noguerol, “es la fuente más importante de liberación de estos mediadores al torrente sanguíneo”. En este sentido, se ha demostrado que la presencia de ciertos mediadores inflamatorios en las arterias coronarias es capaz de desencadenar la movilización de la placa de ateroma, que obstruyendo la luz de la arteria coronaria desencadena el infarto.

Nuevos trabajos apoyan la hipótesis de que los patógenos bacterianos procedentes del biofilm subgingival, así como la resultante respuesta que inducen en el hospedador, están directamente implicados en el desarrollo de la lesión aterosclerótica y, con ello, con un aumento del riesgo de acontecimientos cardiovasculares.

Además, como recalca el Dr. Noguerol, “recientemente se ha sugerido que el estilo de vida, vinculado al síndrome metabólico, está en la base de ambas enfermedades, por lo que un cambio de hábitos de vida permitiría ayudar a prevenirlas de forma conjunta”. A juicio de este experto, “la periodontitis podría beneficiarse de modificaciones en el estilo de vida, que van más allá de cepillarse correctamente los dientes y encías; de la misma manera, la higiene bucal podría tener importancia en la salud cardiovascular, más allá del control de los factores de riesgo cardiovasculares tradicionales”.

Más evidencias, mayor concienciación

En los últimos quince años, un importante número de estudios epidemiológicos han evaluado la posible asociación entre infecciones bucales y enfermedades cardiovasculares (ECVs). Estos estudios han apoyado la hipótesis que las infecciones bucales, fundamentalmente periodontitis, pueden conferir un riesgo independiente para las enfermedades cardiovasculares.

Un gran esfuerzo investigador se ha llevado a cabo para desvelar las posibles asociaciones patogénicas entre las infecciones periodontales y las enfermedades cardiovasculares. Aunque los estudios epidemiológicos y poblacionales solo han aportado demostración de asociaciones significativas, aunque moderadas, no se dispone de ensayos clínicos definitivos. Sin embargo, el uso de variables subrogadas, sobre todo la utilización de la medida de la carga infectiva más patógena y el uso de medidas de aterosclerosis subclínica, ha demostrado claramente una relación patogénica entre ambos procesos. El uso de estas variables ha resultado no sólo en asociaciones significativas, sino que también va permitido demostrar una disminución de eventos ateroscleróticos tras realizar tratamiento periodontal.

Las enfermedades periodontales constituyen un grupo de patologías inflamatorias de los tejidos que soportan al diente, producidas por bacterias y que en ausencia de tratamiento conducen a la pérdida de los dientes, en la mayor parte de las ocasiones.

Por su parte, las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la primera causa de muerte en España, siendo responsables del 16% de las muertes en los países en desarrollo y del 50% en los países desarrollados. Sin embargo, lo más alarmante son las estadísticas relacionadas con el fracaso para valorar el riesgo cardiovascular y diagnosticar adecuadamente estas enfermedades. Por ello, la comunidad científica persigue activamente el encontrar otros mecanismos biológicos patogénicos que puedan implicar a otros factores de riesgo menos obvios, aunque importantes en la etiología de las ECV.

Uno de estos mecanismos biológicos bajo investigación es el posible papel que las infecciones crónicas puedan desempeñar en el aumento de riesgo de ECV. De acuerdo a esta hipótesis, infecciones locales o distantes desarrollarían procesos inflamatorios crónicos que incidirían directamente en la fisiopatología de la ateroesclerosis y, con ello, se convertirían en factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.

Concienciación institucional

Como las enfermedades periodontales son especialmente prevalentes en el ser humano (se estima que 8 de cada 10 personas mayores de 35 años sufren enfermedad periodontal, según la última Encuesta Nacional de Salud), y al ser las enfermedades cardiovasculares la causa más importante de muerte en la humanidad (sobre todo en los países desarrollados), se ha generado una gran atención científica tanto en la comunidad científica odontológica como en la médica.

Recientemente, la Asociación Americana de Cardiología en un documento de consenso sobre este tema estableció la recomendación del cuidado bucal, y más específicamente periodontal, como una más de las estrategias de prevención de la cardiopatía isquémica. Además, hace pocos meses el European Heart Journal, revista científica de la Asociación Europea de Cardiología, publicaba un artículo del Catedrático de Periodoncia, Mariano Sanz, y del Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Gregorio Marañón, Francisco Jesús Fernández-Avilés, entre otros, donde se constata la evidencia científica de la relación entre periodontitis y arteriosclerosis.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud en su última Asamblea Mundial ha instado a tomar medidas para que la salud buco-dental sea incorporada en las políticas sanitarias relativas a la prevención y la atención integrada con las enfermedades crónicas no transmisibles y con las enfermedades transmisibles.

De un modo similar, la Unión Europea ha iniciado dentro de su programa “Salud y Protección de los Consumidores” una reflexión global sobre el desarrollo de futuras políticas de promoción de salud de enfermedades crónicas, incluyendo en ellas las enfermedades buco-dentales más comunes. (noticiasmedicas.es)

25/9/11

Uno de cada cuatro españoles se olvida de cepillarse los dientes durante las vacaciones

Uno de cada cuatro españoles deja de cepillarse los dientes en sus vacaciones, hecho que, unido a dietas desequilibradas y la ingesta de productos con exceso de azúcar, favorece la aparición de infecciones, gingivitis y caries, según un estudio de Laboratorios Lacer, experto en salud bucodental. A esta circunstancia, se suma el incremento en los traumatismos dentales, que en verano se elevan casi un 30% respecto al resto del año, como consecuencia directa de la práctica de deportes al aire libre y el aumento de accidentes de circulación.

Según Javier Mira, director médico de Laboratorios Lacer, ‘’la época de vacaciones es una de las de mayor riesgo para la salud bucal, ya que es muy propicia para el abandono temporal de los hábitos de higiene diaria por la alteración de los horarios, el olvido del cepillo o la imposibilidad de lavarse los dientes cuando pasamos el día fuera de casa. Si a esto añadimos el abuso de bebidas azucaradas y helados; el aumento en el consumo de tóxicos como café, tabaco y alcohol y una alimentación desequilibrada, estamos favoreciendo la proliferación de microorganismos en la boca’’.

Además, durante estos meses, el incremento de las temperaturas puede provocar cuadros de deshidratación, con un efecto directo sobre la salud oral: ‘’cuando una persona se deshidrata, su capacidad de salivación disminuye, por lo que no puede arrastrar los residuos de comida que quedan en la boca. Al mismo tiempo, la saliva pierde parte de su capacidad como desinfectante local, dando lugar a procesos de gingivitis y periodontitis y, en casos extremos, aftas y xerosis (sequedad) oral con sobreinfección por hongos’’, asegura Mira. Para evitar la deshidratación, se recomienda beber diariamente entre 1,5 y 2 litros de agua.

Traumatismos dentales

La práctica de deportes y los accidentes de tráfico son las principales causas de los traumatismos dentales en verano, que se incrementan hasta un 30% respecto al resto del año. En el caso de los deportes de contacto y otras actividades al aire libre, como montar en bicicleta, el 80% de los traumatismos se producen en el parte superior de la boca, principalmente en los incisivos centrales y laterales y son más frecuentes en niños; mientras que en los accidentes de tráfico, los motoristas son el colectivo con mayor riesgo.

En la mayoría de los casos, se trata de fracturas dentoalveolares y de luxaciones, en las que se ven afectadas las estructuras de soporte del diente, lo que provoca su movilidad o desplazamiento.

Fuente: noticiasmedicas.es

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